Friday 22 November 2013

De “minijobs”, chinos y parásitos sociales. Realidades de Alemania 1.


Son muchas las ocasiones en la que he podido discutir sobre este tema con locales y foráneos en los casi 10 meses que llevo en este país. Todos saben que algo raro hay (ninguno muy bien el por qué), a muchos el tema en cuestión les parece una oportunidad para que los estudiantes puedan sacar dinero, los más pseudoenterdos (hay muchos, como en todos los lados) intentan sacar a relucir su lado más progre y te sueltan una ristra interminable de cifras e ideas más masticadas que la pipa de Popeye (pero muy poco digeridas) que no se cómo mi cara de “¡qué me estás contando mi chic@!” no les disuade de seguir un minuto más con tamaña farsa intentona. Pero… ¿Cuál es la realidad social detrás de esos “trabajos”?

La verdad que lo de trabajar 40 horas al mes (sin retenciones) y sacarte unos 400 euros “limpios” mejora el poder adquisitivo (PODER Y ADQUISITIVO) de los estudiantes, que, encima, gozan de una enseñanza universitaria completamente gratuita (hablo de Baden-Würtemberg). Pero… ¿qué pasa con el común de los mortales que lidian con este tipo de contrato?

Pues lo cierto es que se dice y se comenta que alrededor de 8 millones de trabajadores sobreviven así en Alemania (no me he molestado en comprobar las cifras pero el caso es que son un copón). Esto es, groso modo, el 10% de la población alemana. Según la Oficina Federal de Estadística, en septiembre de 2013 la población activa alemana contaba con 42,1 millones de efectivos (entre teutones e inmigrantes). Lo que quiere decir que el porcentaje de población activa que tiene un “minijob” viene a ser (ni más ni menos) del 20 %.

Cosas a saber sobre los “minijob”: la empresa no se encarga de tu seguro de salud (estás fuera de la bolsa de la Seguridad Social), tampoco gozas de seguro de desempleo, ni cotizas pensión…

Recapitulando: tenemos un 20% de la población activa que trabaja, teóricamente, (supongo que en la realidad será algo menor el número) sin seguro sanitario, sin seguro de desempleo, sin cotización para pensión… Algunos son estudiantes sí, pero muchos son también inmigrantes o pobres a los cuales se les mantiene CONSUMIENDO sin prácticamente ningún derecho laboral. Se genera una casta de parásitos sociales que interesa, sobretodo a las empresas (por lo barato de la mano de obra) y también al estado (porque los parámetros macroeconómicos no dejan de crecer; este sistema se basa, al fin y al cabo, en el consumo). Pero nadie parece advertir (o si, pero es que como estoy tan agustito como en España hace 6 años pues yo que sé… ¡Me suena!) el problema social de fondo, el eterno retorno de la precariedad laboral. Pero claro: si el objetivo es competir con China, no hay otra que trabajar como chinos. Repito: No hay otra. Esa es la receta alemana que tan bien funciona y que a los más liberales de nuestros políticos y empresarios les produce tanto placer. Bueno… para no caer en la demagogia decir que no es lo mismo exportar 2 toneladas de Mercedes-Benz clase E que 2 toneladas de tomates. Pero en el fondo, no es otra cosa que precariedad teórica para un porcentaje muy elevado de la población.

No interesa sacar a la gente de la marginación, de la parasitación. Lo que interesa es que consuma, que mantenga a flote el sistema comprando. Tú sigue en tu gueto que nunca saldrás de allí pero, eso sí, podrás comprar todos los días. No en Edeka o Rewe, donde las frutas, verduras y hortalizas suponen 1/5 del tenderete. Pero si en Penny, dónde hay calabacines, cebollas, tomates y lechuga y el resto es mierda. De los tan vanagloriados productos BIO te olvidas, porque con esa cantidad de dinero no te da para comprar salud ni conciencia ecológica. ¡Te jodes!. Luego tendrás enfermedades propias de los pobres en países ricos (obesidad, HTA, problemas respiratorios…) y además sin seguro médico, sin pensión… ¡Qué putada! Pero es que tus hijos también las tendrán. Si. Por que habrás canjeado una plaza de guardería para tu hijo por los X euros al mes que te ofrecen por “educar y enseñar” a tu camada en casa, porque ¡mire usted! no hay plazas de guardería para todos y hemos pensado que, mejor, la enseñanza a esas edades, para los que no necesiten esos X euros al mes. Al fin y al cabo, para ser productivo no hace falta interactuar, mezclarse con otros tan pronto. Tú quédate en tu gueto y compra eso que no sabes que es mierda porque nadie te lo ha dicho desde pequeño (y que nadie te dirá). Pero compra.

Todo esto se consigue con ignorancia política, a la cual creo yo muy ligada a la comodidad y seguridad económica. Y… como decía Bertold Brecht: “El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".


No quiero que se entienda esto como una crítica personal hacia lo alemanes, a los cuales admiro en muchas cosas y lo cuales me han tratado, hasta ahora, estupendamente. Yo, como Correa: “Critico sistemas. No personas.”